La magnitud de lo que significó y significa el 2 de abril para los argentinos, y obviamente para los hombres y las mujeres del sur, es el basamento claro para definir las perspectivas de una Argentina distinta y sin hipocresías.
La lucha del 2 de abril no significó, como algunos quieren decir, la decisión loca, atolondrada o suicida de algún general de la Nación, más allá de lo que podría significar. Bajo ningún aspecto se puede emparentar la lucha de los combatientes de Malvinas, de los oficiales dignos de nuestras tres Fuerzas Armadas que combatieron en Malvinas, con aquellos que miraron con la nuca al pueblo argentino y cometieron atropellos.
También, bien lo dijo el señor presidente de ex combatientes de Malvinas, los valores, señores sus valores, lo que significó aquello son los valores centrales que los argentinos tenemos que sustentar para construir el país que nos merecemos. No se va a construir una nueva Argentina con meros discursos o con simples actitudes de voluntarismo, no hay voluntarismo posible que pueda reconstruir nuestro país, se va a hacer con valores, con conductas. Cuando tengamos en cada momento que resolver nuestros problemas y nuestros compromisos externos, tienen que estar en claro los valores nacionales, los valores de argentinidad, los valores de los que viven en esta tierra, de los excluidos, de los que quieren volver a soñar con un país distinto.
Cuando hablamos de la construcción de una Argentina que pueda salir de ese segundo escalón del infierno en el que todavía nos encontramos, también para resolver el manejo de la riqueza nacional esos valores son sustanciales. ¿O queda alguna duda de las presiones que me veo y nos vemos sometidos permanentemente, ya sea por determinados lobbies o grupos monopólicos en el país? No nos engañemos más argentinos, las cosas que nos pasan también tienen intereses concretos, tienen que ver con la Argentina de la injusticia que quiere seguir persistiendo a costa de cualquier metodología o acción, y cuando hay argentinos que nos animamos a levantar la voz y a marcar otro rumbo esos intereses se vuelven a mover.
Por eso, queridos combatientes de Malvinas, señores oficiales de las distintas fuerzas, a todos aquellos que han combatido con dignidad, aquellos que se brindaron al pueblo argentino, quiero decirles que hoy sostenemos los valores que nos guiaron en aquel momento, que muchos de nosotros los vivimos muy de cerca. Muchos de nosotros compartíamos la angustia de los propios compañeros cuando nuestros pilotos no llegaban de las misiones patrióticas; cuando compartíamos la llegada de familiares con el llanto en la mano por el familiar perdido, la esposa, el hijo, el hermano; cuando nos abrazábamos en el llanto y la desesperación por las cosas que nos pasaban; cuando veíamos los ojos de esos patriotas que marchaban sin mirar qué quedaba atrás, pensando en el resto de los argentinos.
Las Malvinas serán argentinas. Por el diálogo, por la paz, pero con la firmeza de que obtener la soberanía de las islas Malvinas no será una cuestión de supuestas acciones que se hicieron en el pasado, creyendo que renunciando a nuestros valores podremos recuperar las Malvinas; no señores, no hay nada de la nacionalidad que se pueda recuperar de rodillas, se recupera por la paz, con amor pero con dignidad, defendiendo los valores y la integración nacional de nuestra tierra.
¡Las Malvinas son y serán argentinas!!!
La lucha del 2 de abril no significó, como algunos quieren decir, la decisión loca, atolondrada o suicida de algún general de la Nación, más allá de lo que podría significar. Bajo ningún aspecto se puede emparentar la lucha de los combatientes de Malvinas, de los oficiales dignos de nuestras tres Fuerzas Armadas que combatieron en Malvinas, con aquellos que miraron con la nuca al pueblo argentino y cometieron atropellos.
También, bien lo dijo el señor presidente de ex combatientes de Malvinas, los valores, señores sus valores, lo que significó aquello son los valores centrales que los argentinos tenemos que sustentar para construir el país que nos merecemos. No se va a construir una nueva Argentina con meros discursos o con simples actitudes de voluntarismo, no hay voluntarismo posible que pueda reconstruir nuestro país, se va a hacer con valores, con conductas. Cuando tengamos en cada momento que resolver nuestros problemas y nuestros compromisos externos, tienen que estar en claro los valores nacionales, los valores de argentinidad, los valores de los que viven en esta tierra, de los excluidos, de los que quieren volver a soñar con un país distinto.
Cuando hablamos de la construcción de una Argentina que pueda salir de ese segundo escalón del infierno en el que todavía nos encontramos, también para resolver el manejo de la riqueza nacional esos valores son sustanciales. ¿O queda alguna duda de las presiones que me veo y nos vemos sometidos permanentemente, ya sea por determinados lobbies o grupos monopólicos en el país? No nos engañemos más argentinos, las cosas que nos pasan también tienen intereses concretos, tienen que ver con la Argentina de la injusticia que quiere seguir persistiendo a costa de cualquier metodología o acción, y cuando hay argentinos que nos animamos a levantar la voz y a marcar otro rumbo esos intereses se vuelven a mover.
Por eso, queridos combatientes de Malvinas, señores oficiales de las distintas fuerzas, a todos aquellos que han combatido con dignidad, aquellos que se brindaron al pueblo argentino, quiero decirles que hoy sostenemos los valores que nos guiaron en aquel momento, que muchos de nosotros los vivimos muy de cerca. Muchos de nosotros compartíamos la angustia de los propios compañeros cuando nuestros pilotos no llegaban de las misiones patrióticas; cuando compartíamos la llegada de familiares con el llanto en la mano por el familiar perdido, la esposa, el hijo, el hermano; cuando nos abrazábamos en el llanto y la desesperación por las cosas que nos pasaban; cuando veíamos los ojos de esos patriotas que marchaban sin mirar qué quedaba atrás, pensando en el resto de los argentinos.
Las Malvinas serán argentinas. Por el diálogo, por la paz, pero con la firmeza de que obtener la soberanía de las islas Malvinas no será una cuestión de supuestas acciones que se hicieron en el pasado, creyendo que renunciando a nuestros valores podremos recuperar las Malvinas; no señores, no hay nada de la nacionalidad que se pueda recuperar de rodillas, se recupera por la paz, con amor pero con dignidad, defendiendo los valores y la integración nacional de nuestra tierra.
¡Las Malvinas son y serán argentinas!!!
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