VAMOS POR MAS!!!‏

La Corriente Felipe Gallardo-a travès del trabajo territorial de uno de los Centros de Educaciòn Popular de Barranqueras- colabora desde hace meses con algunas de las organizaciones sociales que nos solicitaron acompañamiento, y que conviven a duras penas en este proceso de urbanizaciòn, que es uno de los màs anàrquicos asentamientos aluvionales que han ocurrido en el Area Metropolitana. 

La Rubita es toda una pinturita de las secuelas del capitalismo salvaje que supimos conseguir, pero tambièn es una fotografìa de todos los vicios y debilidades que tiene tanto el Estado como las comunidades: desarraigo rural, disputa territorial urbana, jòvenes no solo sin futuro sino tampoco sin presente, referentes sociales que terminan siendo capangas de sus propios compañeros, desocupaciòn abierta, subocupaciòn, precariedad en todos los frentes, analfabetismo puro y funcional, alimentaciòn no asegurada, ausencia coordinada del estado, presencia parcializada del gobierno a travès de diversas jurisdicciones en momentos distintos; a nadie se le preguntò si volverìa al campo o alguna de sus localidades de origen si se les construye estas viviendas en esos lugares. A mi juicio todo el proceso - hasta el final, y no solo la cuestiòn viviendas- deberìa ser coordinado por un equipo especializado de facilitadores del Ministerio de Desarrollo Social (pero no estàn porque creo que no le dejan, tendrìamos que insistir en este camino...); por el area de viviendas e infraestructura hay muchas manos metidas en el plato, (la Fundaciòn Madres y sus pliegues e interlocutores provinciales, el programa Territorio Urbano, el Instituto de Vivienda, Ministerio de Infraestructura, y las siete organizaciones sociales que en el barrio tienen que ponerse de acuerdo: es como decirle "...quieren casas?, bueno..., ahì estàn los planos y los materiales.., tomen y màtense...los que quedan en pie que sigan siendo representantes e interlocutores....").

En fin, se terminò simbòlicamente una primera parte, que la verdad le da mucha esperanza a los pobladores, pero de ninguna manera se termina los asuntos estructurales que "fabricaron" la Rubita y otros asentamientos; la situaciòn es un buen botòn de muestra de la potencialidad de sectores muy vulnerables, y tambièn de que no nos podemos escapar de una de las grandes deudas del Gobierno y del Estado: el abordaje territorial integral y sinèrgico de las polìticas pùblicas, para potenciar su impacto sistèmico.