Hoy en día el hablar de actos agraviantes es tan cotidiano y falto de sorpresa. Basta con encender el televisor, o tomar un periódico. Sucesos como La violencia, la corrupción, la pobreza, la sobre explotación de los recursos naturales y la mayor parte de los grandes problemas que enfrentamos hoy, son producto de la creciente pérdida de sensibilidad de nuestra sociedad, nada o poco nos asombra, si estamos bien, que importan los demás.
Los tiempos cambian y la conducta de los entes sociales no son inmunes a esta transición. Estamos ante una era donde el egoísmo, la competencia desleal y la agresividad mal encausada corrompen a diario la sana convivencia.
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